viernes, 9 de noviembre de 2007

Primer principio

Manifiesto Dadá

Dadá es un microbio virgen
Dadá está contra la carestía de la vida
Dadá
Sociedad anónima para la explotación de las ideas
Dadá tiene 391 actitudes y colores diferentes según el sexo del presidente
Se transforma-afirma- dice al mismo tiempo lo contrario-sin importancia-grita-pesca con caña.
Dadá es el camaleón del cambio rápido e interesado.
Dadá esta en contra del futuro. Dadá esta muerto. Dadá es idiota. Viva dadá. Dadá no es una escuela literaria, aúlla

Tristán Tzara


Declaraciones de guerra

A la adolescencia

Es difícil poder expresarte todo lo que te debo. No sos más que una mera etapa de la vida de cada una de las personas, pero sos una etapa muy conflictiva. Al menos a mí me has traído varios conflictos que parecerían catastróficos, sin embargo no son más que una minúscula mancha en una inmensa pared.

Pero la verdad que mi gran conflicto siempre fue contra vos, o a causa de vos en las personas. Nunca entendí la adolescencia en mis compañeros, jamás. Quizás nunca me afectó de ese lado, quizás no tuve adolescencia, a veces me lo planteo. Es decir, aunque compartí muchísimas cosas, nunca entendí la salidas a los boliches a lo que los jóvenes justifican que van a “bailar”, ese es mi real problema para ir a bailar… Esa palabra está encerradas entre comillas, dado que lo último que hacen es bailar. Es una muy buena excusa para poder estar con alguien, es acaso que esta juventud se siente tan sola y quiere llenar el vacío con besos fugaces, en bocas que no conocen y corazones que no sienten.

Es que se sentirán queridos en cada beso que roban, o es solo que es un profundo y bajo instinto que sacían, sin importar nombre, religión, ni edad. Parecido a quienes hacen las guerras. Pero me planteo cuál es la necesidad, cuál es la necesidad de tantas cosas.

Sale verdaderamente del adolescente la necesidad de probar y tomar alcohol o fumar un cigarrillo. Es un deseo original o totalmente impuesto, que pasa de amigo en amigo, de sociedad en sociedad. A veces se tienen tan poco respeto por sí mismos, su integridad, su cuerpo. Llegan a arrodillarse frente a un inodoro, solo por que quisieron pasar la mejor noche, léase en el diccionario de la adolescencia, lamer hasta el fondo de la botella. La pregunta es, ¿quién carajo nos manda, no? ¿Por qué pasar por tal sufrimiento, o llegar al punto donde el mundo gira, los amigos son todos, las palabras no pueden ser pensadas ni moduladas y el cuerpo es una pluma que no existe? Mi pregunta es porqué, con qué necesidad, siguiendo qué regla de diversión y qué regla de rasocinio humano.

Es acaso que como diría Freud, la sociedad esta patológicamente enferma, y esta adolescencia es un reflejo claro de un futuro tan nefasto y de un presente aun todavía más negro y corrompido, que genera esas borracheras, esos amores fugaces de noches en un baile.

Es acaso que lo único que importa. Y después pasarse días, meses peleando, a los gritos por supuesto (no tienen un gran desarrollo del oído para escuchar, más cuando alguien les dice cosas que no quieren escuchar), por una bendita fiesta gastando lo que cinco familias modelo gastarían para comer todo un mes. Gastando aun todavía más en esas bebidas, que si contáramos todo lo que sale, comerían aunque sea una noche o un día al menos treinta chicos, de hecho comerían más. No sé qué decir y no sé que contestar. Será simplemente que estoy equivocado y deberé tener que atragantarme con lo que para mí es una injusticia. Puede ser, quizás deba ser mejor colgar como una decoración mas de dos docenas de manzanas, total quien en este mundo podría necesitarlas en sus estómagos.

Definitivamente, ni la sociedad, ni la adolescencia adolece de nada… es simplemente que estoy muy equivocado.

Este no es el fin… Tengo muchas cosas mas sobre las cuales equivocarme.

El guitarrista


Volvamos al sol que nos espera
Sentado en un esquina, para mostrar un paraíso
Ese dios perdido, de viejos poetas y locos verdugos.
Volvamos a la calle que Dadá
Nos invita a tomar te, a comer caracoles
Y a abrir nuestras mentes, que bien cerradas parecieran
Preferir estar.
Tanta humillación, tanta pobreza, y ese mundo
Ha generado que la bacteria ya cansada, vuelva de su idiotez
Vuelva de la locura y la muerte.
Vuelva y se siente, en mitad de esta calle
Y nos invite…a todos, no solo a algunos.
Nos invite a tocar, que la música convierta princesas
En podridos corazones, que deshaga intereses y pensamientos,
Que se vuelva más que el propio Dadá, que reconstruya
Las murallas que están pérdidas,
Esas que tenían escritos:
Libertad,
Amor
Hermano
Y Justicia.
Volvamos, volvamos que nos estamos quedando.



Ramiro Bugarín

1 comentario:

Ángeles dijo...

Y hoy dijiste que no tenías inspiración.
Lamentablemente, es así, pero supongo que alguna parte de su abusado organismo va a tener que decirles "flaco, hold the line". No quiero hacerme la saludable, ni mucho menos, pero por lo menos no suelo rebajarme con esas cosas.

Conservemos la esperanza de que alguna vez caerá un meteorito en Tanganika y sus cabezas hagan click.

Mientras tanto, que disfruten de Manifiesto Dadá.

Á. (la baterista)