sábado, 12 de abril de 2008

¿Y después?

Liberacion mental, apertura de
lso sentidos. Necesidad de encontrar
mas allá, más acá. Donde séa,
pero encontrar. Angustia y melancolía,
¿Por que?¿Qué hice mal?
¿Es culpa, es haber cruzado la raya
o es estar parado sobre un fantasma?
Que bello es el jardin atómico,
en el que nada crece luego del estallido.
Que bello es el derrumbe de la belleza
y el vacío que hay en ella
Que azul es el mar
luego de arrastrar los cuerpos
desmayados, mutilados.
La flor se siente putrefacta,
se siente avergonzada
por ser obesa, por ser flor,
por ser virgen, por ser...
Asi que afila sus armas
y se esconde tras el sonriente color,
para enriquecerse de la inocente mano
que deja su sucia sangre al tocarla.

¿En que caos caeremos
si el nihilismo es verdad?
si las palabras que aqui escribo
sobre nada se fijan, sobre nada se trazan,
y en realidad nada son. ¿En que creer?
si al final la realidad no existe
y al flor no mata,
que hacer con el mundo si el vacio sobre el que flota
es ahora, el vacio sobre el que nadie esta.

Abrir la mente, sentir
pensar, habalr, pasear.
Divertirse, gozar, sufrir, morir
caer, levantarse y dormir.
No memorizar, aprender y nutrir
el alma, el cuerpo, la verdad.
La nada. El después.


Ramiro Bugarín

sábado, 5 de abril de 2008

Manifiesto 2x

Los condenados

Estoy condenado a perecer sentado,

A la rutina de no saber que es lo que quiero. De abrir puertas y puertas,

De buscar caminos, de realizar los trabajos mas tediosos. Mirarme en el espejo y sonreír, ante la tristeza de los ojos cansados.

Ante el aburrimiento de los hombros gachos, ante la curvatura de la espalda por el peso gravitatorio.

Estoy condenado a ser una sombra, que no se anima ver la luz. Que huye frente a la valentía.

Que no quiere pecar, por miedo al castigo celestial. Que no quiere explayarse por miedo a la censura.

A vivir sin libertad, para poder vivir tranquilo sin responsabilidad.

Estoy condenado a perecer, a nacer y volver a morir. Estoy condenado a amarte con el corazón apesumbrado por este amor, sabiéndome incapaz de hundirme en la profundidad. Sabiéndome incapaz de liberarme, por el hecho de saberme condenado.


Juntos o Separados

La pausa de los espíritus, como el conteo matemático de los pasos torpes de un baile. El hilo de nuestra vida que se enreda entre los dedos y sobre si mismo, como la serpiente se enrosca. Donde nace la flexibilidad de la mente, muere la limitación del cuerpo. Donde hay educación, hay más que alma, pero hay aun más ignorancia.

Pesado es el momento de entrar en al incertidumbre, como un parapléjico la tarea imposible de pararse y caminar., Dar el paso milagroso, por el cual el resto ya será normal, será cotidiano. Pero antes de de la monotonía, existe la realidad y la cárcel cerebral. Saberse incapaz, saberse parapléjico, saberse minusválido. Saber que no contamos con toda la fuerza del cuerpo, que nos abandona en una silla fría, que nos abandona cuando mas lo necesitamos. Como el suspiro ultimo del moribundo que quiere revelar el mundo en su ultimo instante antes de partir, en una palabra, en un contenido insulso, en cualquier idioma, en una abstracción tan grande incapaz de ser contenida en ese ultimo suspiro; y al fin, al mismo tiempo, siendo ese suspiro aún más grande que todas las bocanadas de aire de nuestra fugaz vida.

Seguimos contando, no los pasos, sino los minutos que nos separan. A uno del otro, los minutos que no existen, pero que son hasta palpables por la tensión que genera esa distancia temporal y física. Espiritual y trascendental.

Seguimos enredándonos como el hilo, como la serpiente, seguimos contando como la pausa de los espíritus, como los pasos perdidos de ese baile, seguimos buscando el suspiro último. El suspiro que abarque el mundo, tu vida y la mía. Juntas o separadas.

The Fool on the Hill


“Mira que pobre amante, incapaz de meterse en una fuente a buscarte un pescadito rojo bajo la ira de gendarmes y niñeras” Julio C.